“Que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.
3 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.
4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.”
Nehemias 1:2-4
Había muchas iglesias en Londres en 1865, pero la mayoría se preocupaba poco por los marginados de la sociedad. William Booth se propuso cambiar eso, predicando en las calles a quienes no eran bienvenidos en las iglesias y fundando el Ejército de Salvación. Durante casi cincuenta años, lideró el movimiento por todo el mundo. Cuando Booth falleció en 1912, el poeta Vachel Lindsay conmemoró su fallecimiento con “El general William Booth entra al cielo”.
Lindsay escribió:
Booth dirigió con valentía con su gran instrumento
(¿Estás lavado en la sangre del Cordero?).
Los santos sonrieron con gravedad y dijeron:
“Ha venido”. (¿Estás lavado en la sangre del Cordero?)
Leprosos que caminaban seguían fila tras fila,
Violentos tambaleándose desde las húmedas cunetas,
Pobres de los callejones, drogadictos pálidos,
Mentes aún perturbdas, almas frágiles:
Santos devorados por alimañas con aliento mohoso,
Legiones sucias con los caminos de la Muerte.
(¿Estás lavado en la sangre del Cordero?)
Cada barrio bajo había enviado a su media veintena,
El mundo entero (Booth había clamado por más).
La diferencia que hacemos en el mundo está determinada en gran medida por la carga que estemos dispuestos a llevar por las necesidades de los demás. No podemos cuidar de los demás como lo hizo Jesús a menos que realmente nos preocupemos por ellos.
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.” Mateo 9:36.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL: La compasión de Cristo nos motiva a tocar la vida de los demás de una manera que hace la diferencia.
