“¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; 31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.
32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo”
Romanos 9:30-32
En 1497, el rey Enrique VII de Inglaterra envió al explorador John Cabot al Nuevo Mundo en busca de un paso hacia las Indias, muy al norte de donde Colón había desembarcado cinco años antes. Esta fue solo la primera de muchas misiones emprendidas por algunos de los navegantes más famosos y destacados de la época, como Jacques Cartier, Sir Frances Bacon, James Cook y Henry Hudson, para encontrar el “Paso del Noroeste”. Todos sus esfuerzos fracasaron, y varios de ellos terminaron en tragedia. Muchos de estos exploradores nunca regresaron a casa. Lo que ninguno de ellos sabía era que la ruta que buscaban no existía donde la buscaban. Sin embargo, el único paso fluvial está muy al norte del Círculo Polar Ártico, y solo está abierto unos pocos meses al año debido al hielo. De hecho, no fue hasta 1905 que alguien pudo navegar con éxito ese paso por mar.
Por muy serios o comprometidos que seamos con algo, no podemos encontrarlo si buscamos en el lugar equivocado. Esto no solo aplica a las cosas terrenales, sino también a las espirituales. El hecho de que las personas sean sinceras al creer algo falso no las acerca ni un paso más a Dios. Él no se esconde de la gente, pero solo hay una manera de llegar a Él. Cuando Pablo predicaba en Atenas, donde se erigían templos y altares para toda deidad imaginable, declaró que Dios podía ser hallado. “Para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.” (Hechos 17:27). Debemos acercarnos a Él con fe, pues no hay otra opción que entrar en su presencia.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL
Encontrar a Dios no se logra mediante rituales elaborados ni obras, sino por gracia, únicamente mediante la fe.
