“Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero”
Efesios 1:19-21
Leí sobre un misionero que llegó al campo y descubrió que el auto que iba a usar no arrancaba a menos que lo empujaran. Aprendió a tener mucho cuidado de estacionarse siempre en la cima de una colina para poder empujarlo con mayor facilidad y que arrancara. Después de dos años de hacerlo, un nuevo misionero llegó para reemplazarlo en esa estación. Mientras el primer misionero explicaba la necesidad de estacionarse estratégicamente para asegurar que el auto arrancara, el nuevo misionero levantó el capó. El primer misionero observó con asombro cómo el nuevo misionero apretaba el conector a la terminal de la batería. Cerró el capó, giró la llave y el auto arrancó sin necesidad de que lo empujaran por primera vez en dos años. El único problema era que el motor de arranque no estaba conectado a la fuente de energía.
Nada que intentemos hacer por Dios sin el poder de Dios puede producir el resultado que deseamos y necesitamos. Si nos encontramos presionando una y otra vez en Su obra, debemos detenernos y asegurarnos de estar correctamente conectados con Él. Nunca es nuestro talento, fuerza ni diligencia lo que produce resultados, sino su poder, que nos da rienda suelta para obrar en nuestras vidas. “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20). Una de nuestras tareas más importantes como creyentes es asegurarnos de que nada en nuestras vidas impida que el poder de Dios obre libremente en nosotros y a través de nosotros.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL
Debemos estar conectados al poder de Dios sin que nada nos impida realizar su obra con éxito.