“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.”
Romanos 5:6-9
En 1961, Leonid Rogozov formó parte de un equipo ruso enviado a establecer una base en la Antártida. Como médico del equipo, se esperaba que velara por la salud del grupo mientras esperaban el barco que traería suministros y una nueva tripulación para la base. El 29 de abril, Rogozov se despertó sintiéndose mal. Inicialmente, descartó los síntomas como un resfriado o una gripe, pero a medida que avanzaba el día, el dolor en el costado derecho sugirió una posibilidad mucho más grave. Rogozov tenía apendicitis aguda y era el único miembro del equipo con formación médica. Las llamadas por radio a otras bases para pedir ayuda no dieron resultado debido a una fuerte tormenta de nieve. Desesperado, Rogozov pidió a otros miembros del equipo que le sostuvieran un espejo mientras se operaba. Durante casi dos horas, Rogozov cortó y suturó, hasta que finalmente pudo extirparse el apéndice y salvar su vida.
Todos nacemos con la enfermedad mortal del pecado. No tenemos la fuerza ni la habilidad para salvarnos a nosotros mismos. Lo mejor que podemos hacer está muy lejos de la perfección y la santidad que Dios exige. El don de la salvación por medio de Jesucristo proviene únicamente de Dios y no de nada de nuestra parte.
“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.” Gálatas 2:16.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL
Nuestra salvación se basa completamente en lo que Jesús hizo, no en lo que nosotros mismos hacemos.
