“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino. 24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano. 25 Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan. 26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición. 27 Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre.”
Salmo 37:23-27
Mike no logró entrar al equipo universitario en su segundo año, pero en vez de rendirse, usó esa experiencia como motivación para mejorar. Aceptó jugar en el equipo y perfeccionó sus habilidades, logrando entrar al año siguiente. Así inició la carrera de Michael Jordan, quien se convirtió en una leyenda del baloncesto. Sin embargo, incluso siendo exitoso, reconoció que sus múltiples fracasos y errores fueron clave para alcanzar el éxito.
Nadie lo hace todo bien a la primera. A menudo, el camino al éxito está plagado de fracasos que se superaron simplemente no rindiéndose. “Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; Mas los impíos caerán en el mal.” Proverbios 24:16. Caer no significa necesariamente que estemos derrotados. Podemos levantarnos e intentarlo de nuevo. Cuando estemos cansados y desanimados, y no veamos cómo seguir adelante, podemos recurrir a Dios para que renueve nuestras fuerzas y así continuar. “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” Isaías 40:29.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL
En lugar de rendirnos cuando fracasamos, debemos renovar nuestra determinación y seguir adelante.