No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.
23 No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. 24 Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. Isaias 65:22-24
Una de las cosas que ha ayudado a Amazon a convertirse en una de las empresas más grandes del mundo es su capacidad para entregar rápidamente los pedidos. En lugar de esperar semanas, muchos artículos se entregan en uno o dos días, e incluso el mismo día del pedido. Lo que permite a Amazon ofrecer un servicio tan rápido es una red de centros de distribución donde se almacenan los artículos comunes y populares. Al rastrear los patrones de compra con tecnología avanzada, Amazon envía con frecuencia los pedidos anteriores al centro de distribución más cercano al cliente para que, en cuanto vuelva a pedirlos, se entreguen con prontitud.
Dios sabe todo lo que necesitamos mucho antes de que acudamos a Él en oración buscando su ayuda. Él sabe qué pediremos antes de arrodillarnos. Él sabe si hay algo mejor que lo que pedimos, que impulsará su propósito y enriquecerá nuestras vidas más de lo que elegiríamos por nosotros mismos. Y Dios nunca retrasa una respuesta. Nunca envía una nota diciendo que el “producto” que pedimos ya no está en stock. Él tiene recursos ilimitados y es capaz de satisfacer todas nuestras necesidades sin forzarnos ni forzarnos. Dios no siempre responde nuestras oraciones de inmediato, pero en esos momentos en que no hay tiempo para demoras, descubriremos que Él está más que listo para responder, incluso antes de que empecemos a orar.
Principio de valor para edificar una vida espiritual: Oramos, no para informar a Dios de nuestras necesidades, sino para demostrar nuestra confianza en la ayuda que Él nos ha prometido como hijos suyos.
