“Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. 17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.”
Gálatas 3:16-18
La Gran Depresión ejerció una enorme presión sobre el sistema bancario. En 1930, más de 1300 bancos quebraron y cerraron sus puertas. Al año siguiente, el total ascendió a 2300. Quienes tenían dinero en alguno de esos bancos lo perdieron todo. Se establecio un dia “feriado bancario” nacional, en el que todos los bancos cerraron y nadie pudo retirar dinero. Cuando los bancos reabrieron, se implementó un nuevo programa para dar a los clientes la confianza de que su dinero estaba seguro. Se creó la Corporación Federal de Seguro de Depósitos para garantizar que los depositantes pudieran recuperar su dinero incluso si su banco quebraba. Esta garantía jugó un papel importante en la restauración de la confianza en el sistema financiero.
Las promesas que Dios nos ha dado son maravillosas. Pero si no confiáramos plenamente en ellas, no nos brindarían esperanza ni consuelo. Sin embargo, podemos confiar plenamente en ellas porque están garantizadas por la vida, muerte y resurrección de Jesús. “Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; 20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.” (2 Corintios 1:19-20). Él es la garantía de que todo lo que Dios nos ha ofrecido se cumplirá, y de que no tenemos nada que dudar ni temer respecto al futuro.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL
Jesús es toda la garantía que necesitamos de que todas las promesas de Dios son fieles y verdaderas.