“19 No apaguéis al Espíritu. 20 No menospreciéis las profecías. 21 Examinadlo todo; retened lo bueno. 22 Absteneos de toda especie de mal. 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”
1 Tesalonicenses 5:19-24
En 1946, la Facultad de Derecho de Harvard adquirió una copia facsímil de la Carta Magna. Ese documento, firmado en 1215 por el rey Juan, sentó las bases del derecho inglés al limitar los poderes de la monarquía. La facultad pagó 27,50 dólares por su copia, que se describió como “algo desgastada y con manchas de humedad” y sellada como producida en 1327. Casi ochenta años después, un historiador británico que utilizaba la biblioteca digital de Harvard la encontró y vio detalles que despertaron su interés. El sello y la tinta no le parecieron reproducciones. Cuando un equipo investigó, descubrieron que el documento era un original, tan solo el séptimo encontrado. Su valor se estimó en 21 millones de dólares.
Cada día tomamos decisiones sobre cómo emplearemos el tiempo, la energía, los recursos y los talentos que Dios nos ha confiado. Y es importante que nos centremos en las cosas que realmente valen la pena. La capacidad de discernir entre lo que es verdaderamente bueno y importante . Si queremos aferrarnos a las cosas que valen la pena, primero debemos ser capaces de identificarlas. Dios no quiere que vivamos a ciegas. Nos ha dado su Palabra y su Espíritu Santo para que vivamos de una manera que produzca cosas de valor eterno. Debemos usar estas herramientas para que nuestras vidas agraden a Dios. Si no nos enfocamos en lo bueno, viviremos neciamente y desperdiciaremos nuestras vidas.
“Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál es la voluntad del Señor” Efesios 5:17.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL
Una vida dedicada a lo bueno y valioso es una vida que agradará a Dios.