«Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.» (Hebreos 5:12-14)

Hay un viejo chiste sobre un hombre que se apresuró a subir a una avioneta que estaba al ralentí (Revoluciones del motor) cerca del final del vuelo. “¡Vamos!”, le gritó al piloto. Tras el despegue, al salir del aeropuerto, el pasajero empezó a sacar su equipo fotográfico de su bolso. Luego le pidió al piloto que se dirigiera al oeste y sobrevolara un incendio forestal para poder fotografiarlo. Tras unos momentos de silencio, el piloto preguntó: “¿Entonces no es usted el instructor de vuelo?”.

Todos necesitamos maestros e instructores que infundan conocimiento y sabiduría en nuestras vidas. Pero nunca debemos olvidar que todos también debemos ser maestros. Aunque algunos cristianos poseen el don espiritual de enseñar, todos enseñamos a otros a diario. Nuestras palabras y acciones serán escuchadas y vistas por otros, y tendrán una influencia en ellos. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que nuestra enseñanza sea correcta y no negativa. La instrucción que Pablo dio a Timoteo no es solo para pastores, sino para todos. «Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.» (1 Timoteo 4:12) Cuanto más conozcamos y sigamos la Palabra de Dios, más correcta será nuestra influencia. Ese es el fundamento de una enseñanza eficaz en la vida cristiana.

PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL: No hay momento en que no estemos enseñando a otros con nuestro ejemplo. Debemos asegurarnos de que nuestro ejemplo guíe a las personas hacia Cristo.

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