“29 Y se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: 30 Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él. 31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar.”
Jueces 6:29-31
Cuando Dios eligió a Gedeón para liberar a Israel de los ejércitos madianitas invasores, no lo envió directamente a la batalla. Dios primero le ordenó derribar el altar de Baal y destruir la arboleda que se usaba para adorar al dios falso. Gedeón no estaría listo para luchar por Dios hasta que les hiciera saber a todos que estaba comprometido con el único Dios verdadero, el Dios de Israel. Para complicar las cosas para Gedeón, su padre había ayudado a establecer ese centro de adoración falsa. Sin embargo, Gedeón hizo lo que Dios le ordenó. Levantó un altar a Dios en el lugar donde anteriormente se habían ofrecido sacrificios al ídolo.
Gedeón sabía que sus acciones provocarían indignación, pero obedeció a Dios a pesar de todo. Una de las notas interesantes de esta historia es que cuando Gedeón fue confrontado por la gente del pueblo donde vivía, su padre salió a defenderlo. Joás había sido adorador de Baal, pero la valiente obediencia de su hijo a Dios parece haber inspirado un cambio de actitud. Muchas veces sentimos que somos los únicos que hacemos lo correcto. A menudo descubrimos que cuando perseveramos en hacer lo que Dios nos ha dicho, animamos a otros a unirse a nosotros.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL
Hacer lo correcto puede no ser popular, pero Dios nos llama a hacerlo de todos modos, sin importar el resultado.