Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.Hebreos 13:20-21

La vida cristiana no promete ser fácil. Nuestro propósito no es evitar problemas ni ser populares, sino glorificar a Dios. Nunca debemos olvidar que es el mismo Dios que nos salvó el que nos capacita y nos equipa para Su servicio. Y nunca debemos olvidar que dependemos total y completamente de Él para todo lo que hacemos. Solo Él merece la alabanza y la gloria por todo lo que logramos en Su obra. Pablo escribió: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;
31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.” (1 Corintios 1:30-31).

Dios nos ha dado talentos y habilidades para que los usemos en Su obra, y depende de nosotros aprovecharlos al máximo que podamos. Pero separados de Él, nada de eso producirá nada de valor duradero. Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). El diablo nos tienta a pensar que tenemos todo bajo control y nos anima a actuar independientemente de Dios. Como todo lo demás que dice Satanás, eso es mentira. No tenemos lo que necesitamos por nuestra cuenta. No hacemos la mayor parte del trabajo mientras Dios añade un poco al final para rematarlo. Hacemos la obra de Dios en el poder de Dios, confiando plenamente en Él, o nunca lograremos lo que Él nos ha encomendado.

Principio de valor para edificar una vida espiritual.: Cuando vivimos en completa dependencia de Dios, recibimos la gracia y el poder para vivir victoriosamente.

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