«Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. 34 Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto. 35 A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza.» (Hechos 7:33-35)

T. DeWitt Talmage inició su labor pastoral en una pequeña iglesia de diecisiete miembros en Brooklyn y, gracias a su predicación enfocada en el evangelismo y la aprobación de Dios, la congregación creció de forma notable, llegando a reunir miles de personas. Su postura firme contra los males sociales le valió amenazas, motivo por el cual la policía lo protegió, pero nunca permitió que el miedo lo detuviera. Su ejemplo remarca la importancia de buscar la aprobación de Dios por encima de la opinión humana.

I. PRIORIZAR LA VOLUNTAD DE DIOS

La familia debe buscar activamente comprender y vivir de acuerdo con los mandamientos y enseñanzas de Dios que se encuentran en la Biblia. Establecer un momento semanal en familia para leer y reflexionar juntos sobre algún pasaje bíblico, hablando cómo pueden aplicar sus enseñanzas en nuestra vida diaria.

II. FE Y OBEDIENCIA

Las familias deben confiar en Dios y obedecer sus enseñanzas, incluso cuando enfrentan dificultades o incomprensión. Buscar la voluntad de Dios y fortalecer la fe mediante la oración y el estudio bíblico ayuda a mantener una vida centrada en convicciones eternas, priorizando la aprobación de Dios sobre la aceptación social.

III. VIVIR PARA LA APROBACIÓN DE DIOS

Si nos enfocamos en lo que Dios piensa de nosotros y en lo que estamos haciendo, no seremos disuadidos de hacer lo correcto por la adulación o la crítica de los demás. Jesús pudo decir: “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada”(Juan 8: 29). Nada de lo que hacemos está oculto a los ojos de Dios, y es su aprobación lo que debería motivarnos más que las opiniones fugaces de los hombres.

Principio Familiar Unidos Venceremos: Ya que debemos responder a Dios, debemos mantener Su voluntad por encima de nuestras mentes y corazones.

Desafio familiar: Escribe y memoriza Gálatas 1:10

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