“Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. 66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.
Juan 6:65-69

Dan Barker fue predicador y músico en su época. Viajó por todo el país con varios músicos cristianos de renombre, actuando ante miles de personas. Sin embargo, en 1984 anunció públicamente que rechazaba su fe y que se alejaba de Dios. Barker se convirtió en un ateo prominente y público, publicando libros como “Dios, el personaje más desagradable de la ficción” y “El propósito de la vida”. Actualmente, Barker dirige la Fundación Libertad de Religión, que trabaja para eliminar cualquier rastro de religión de la vida pública. También es cofundador del Proyecto Clero, que anima a quienes ejercen el ministerio a abandonar la fe que han enseñado a otros.

A lo largo de los años, muchas personas han seguido a Cristo durante un tiempo antes de alejarse. Jesús experimentó eso durante su ministerio, y la historia también está llena de ejemplos. Estas personas no son creyentes genuinos, como señaló Juan cuando escribió: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.” 1 Juan 2:19. Es trágico que estas personas estuvieran tan cerca de la salvación sin haberla alcanzado. Al igual que Judas, han visto la verdad, pero por alguna razón no la han aceptado.

A diferencia de Judas, Pedro creyó verdaderamente en Jesús. Incluso cuando otros abandonaron a Jesús porque les parecía desventajoso creer públicamente en sus afirmaciones de ser el Mesías, Pedro reconoció que “las palabras de vida eterna” eran más valiosas que cualquier aceptación o afirmación temporal que se derive de la incredulidad. Cuando seguir a Cristo se vuelva difícil o surjan dudas, recuerde la declaración de Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.

PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL: Jesús ofrece salvación a todos los que creen, pero solo a aquellos que genuinamente creen en Él.

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