A continuación se presentan cuatro descripciones de estilos de crianza, tres de las cuales presentan enfoques desequilibrados. Estas descripciones son útiles para padres con hijos de cualquier edad, ya que describen la filosofía fundamental del padre o la madre, más que el comportamiento del niño.Como madres y padres, es fundamental criar a las hijas e hijos según los principios bíblicos, rechazando filosofías de crianza mundanas. Existen distintos estilos de crianza, y comprenderlos ayuda a fortalecer la educación y el amor en la familia cristiana.
I. NEGLIGENTE: POCO AMOR, POCO CONTROL
Este padre se desentiende de sus hijos, delegando decisiones y evitando pasar tiempo con ellos. No pone límites claros ni atiende su incumplimiento. Los niños interpretan esta falta de atención como desinterés o falta de cariño.Provetbios 29:15
II. PERMISIVO: MUCHO AMOR, POCO CONTROL
Este padre permite que sus hijos lo guíen en lugar de guiarlos a ellos. Les teme y se resiste a decir que no. Si bien ser amigo de su hijo es importante, recuerde que usted es su único padre/madre. Sea el mejor amigo de su hijo cumpliendo su rol como padre.El libro de Proverbios está lleno de la exhortación de Salomón a su hijo para que escuche y obedezca la instrucción de su padre: «Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre» (Proverbios 6:20) Salomón sabía que podía darle a Roboam consejos e instrucciones que le ayudarían a vivir una vida plena.
III. DICTADOR: POCO AMOR, MUCHO CONTROL
Este tipo de padre o madre presiona a sus hijos para que se adapten, en vez de guiarlos hacia la madurez. Se recomienda reflexionar sobre Efesios 6:4: «Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.» El objetivo de las familias cristianas no es criar hijos bien educados, sino adultos maduros como Cristo. Para lograrlo, deben llegar al corazón de sus hijos. La disciplina y la instrucción son necesarias, pero nunca olviden que el amor ata las fibras del corazón.
IV. AUTORIDAD: MUCHO AMOR, MUCHO CONTROL
Este es el padre que acepta y cumple su rol como padre, nutriendo con amor el corazón de su hijo mientras lo educa en la obediencia. Ve el panorama general y, en última instancia, dirige el corazón de su hijo hacia el Señor (Efesios 6:4). Manteniendo su rol de padre, puede tener comunión con su hijo, pasando tiempo de calidad y en cantidad juntos.El diseño de Dios es que un padre terrenal muestre una representación precisa del corazón de nuestro Padre Celestial: «Como un padre se compadece de sus hijos, se compadece el Señor de los que le temen» (Salmo 103:13) La crianza autoritaria, que mantiene un equilibrio entre el amor comprometido y el control afectuoso, ofrece a los hijos una imagen de su Padre Celestial que despierta en ellos el deseo de conocerlo.
Al esforzarnos como padres por atraer el corazón de nuestros hijos hacia el Señor, es fundamental reconocer que, con nuestras propias fuerzas y sabiduría, somos insuficientes para esta increíble responsabilidad. Como dijo claramente Jesús: «… sin mí nada podéis hacer» (Juan 15:5)