“Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. 39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. 40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. 41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.” Marcos 9:38-41
Franco Mebs tenía solo veinte años en mayo de 1970 cuando el almacén de municiones de la base militar donde estaba destinado en Vietnam se incendió tras ser alcanzado por un proyectil de mortero. El fuego amenazó con una explosión masiva que podría haber matado a cientos de personas. En lugar de correr a un lugar seguro, Mebs se subió a su excavadora y comenzó a echar tierra sobre el fuego para apagarlo hasta que falleció, no sin antes salvar muchas otras vidas. Debido a una confusión en los registros, su familia nunca recibió las medallas que ganó por su valentía y sacrificio. No fue hasta el Día de los Caídos en 2024, cincuenta y cuatro años después de su muerte, que las medallas fueron entregadas a los miembros sobrevivientes de su familia gracias a los esfuerzos perseverantes de uno de los hombres cuya vida Mebs salvó.
Nunca debemos temer que Dios olvide lo que hemos hecho por Él. Él lo ve todo, e incluso los actos de obediencia más pequeños quedan registrados en sus registros. Él cumplirá fielmente su promesa de honrar lo que hemos hecho en su nombre y para su gloria. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque servís a Cristo el Señor” (Colosenses 3:23-24). Quizás pensemos que lo que hacemos no importa porque otros no lo notan, pero a Dios le importa, y Él ve todo lo que hacemos.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL: Nada de lo que hagamos por Cristo será pasado por alto ni olvidado por Dios.