Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. 2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. 3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; 4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 2 corintios 4:1-4
Mientras huían después de robar un tren de oro en México, la banda de maliantes se encontró atrapada por el clima invernal en las montañas. Temiendo que los capturaran, enterraron el tesoro, llevándose consigo un mapa dibujado a toda prisa para poder regresar. Pero la banda pasó los siguientes años huyendo, terminando muestros por sus seguidores. Años más tarde, uno de los maliantes regresó a las montañas para buscar el tesoro. Pero los cambios en el paisaje lo dejaron incapaz de localizar el escondite principal de oro. A pesar del descubrimiento de varios mapas y docenas de personas buscando, nadie ha encontrado nunca el tesoro escondido.
Dios nos ha dado un tesoro mucho mayor que el oro en el evangelio, y ese tesoro no es solo para nosotros. Está destinado a ser compartido con otros. “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.” (Mateo 5:14-15). Cuando no les hablamos a los demás acerca de Jesús, estamos escondiendo el mayor tesoro que jamás haya existido. Y este es un tesoro que no disminuye cuando lo compartimos con los demás. No hay excusa para que un creyente permita que algo obstaculice su capacidad de difundir las buenas nuevas.
Principio de valor para edificar una vida espiritual: Cada parte de nuestra vida debe estar enfocada en hacer claro el evangelio en lugar de esconderlo.