“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.”
Santiago 1:12-15
Balthasar Hubmaier fue un destacado educador y predicador católico. Sin embargo, a medida que la Reforma se extendía por Europa, se vio obligado a confrontar la diferencia entre lo que le habían enseñado a creer y lo que realmente decía la Palabra de Dios. Como muchos reformadores, su estudio de las Escrituras lo llevó a distanciarse de la Iglesia católica. Pero Hubmaier, también gracias a su estudio de las Escrituras, fue un paso más allá y rechazó la práctica del bautismo infantil. Escribió dos libros titulados “El bautismo cristiano de los creyentes” y “Antiguos y nuevos maestros sobre el bautismo de los creyentes”. Estos libros exponen lo que la Biblia enseña sobre la fe personal como requisito previo para el bautismo. Su poderosa predicación y escritos le atrajeron enemigos tanto entre los católicos como entre los reformadores, y Hubmaier fue encarcelado y torturado repetidamente. Finalmente, fue quemado en la hoguera en Viena en 1528 por negarse a retractarse de la verdad.
Lo que es verdadero y se enseña en las Escrituras lo es independientemente de si es popular o aceptado por la mayoría de la gente. A menudo, quienes insisten en que la Biblia dice lo que dice y que debemos obedecerla se enfrentan a críticas y ataques. A veces, la oposición que enfrentamos puede provenir incluso de otros cristianos. Sin importar cuánta oposición enfrentemos o de dónde provenga, debemos mantenernos firmes en la verdad. Quienes son fieles y rechazan la tentación de diluir sus creencias o incluso abandonarlas ante la presión, descubrirán que Dios aprueba sus vidas, independientemente de quién lo haga. Y Él recompensará a quienes son siervos fieles.
PRINCIPIO DE VALOR PARA EDIFICAR UNA VIDA ESPIRITUAL
Podemos seguir firmes en la verdad, independientemente de lo que hagan los demás, y Dios se complacerá si lo hacemos.
