«Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado 24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.» (Juan 12:23-25)

I. UNA VIDA FRUCTÍFERA: SEGÚN EL PRINCIPIO BÍBLICO

Todo cristiano debe tener el deseo de vivir una vida fructífera y productiva para Dios. La gratitud por Su salvación y el deseo de obedecer Sus mandamientos deben impulsarnos a buscar estar ocupados en Su obra. Pero si deseamos ser verdaderamente fructíferos, existe una necesidad: debemos morir al yo. Aquí es donde muchas personas desobedecen. Quieren lograr cosas para Dios, pero no están dispuestos a pagar el precio. No hay atajas o desvíos a la muerte del yo y alcanzar la meta de dar fruto.

II. UNA VIDA FRUCTIFERA: EN LA ENTREGA DE LA VIDA CRISTIANA

Uno de los hombres de fe en la historia fue George Müller. Su obra de proveer para las necesidades de miles y miles de huérfanos fue realizada y financiada completamente a través de la fe. Müller se negó a buscar apoyo financiero, confiando en cambio en que Dios tocaría los corazones de las personas para apoyar la obra. Su fe desafío a la gente durante muchos años, agregando otro nivel de abundancia a su ministerio durante su vida.

III. UNA VIDA FRUCTIFERA: PARA MAYOR FRUTO ESPIRITUAL

George Müller dijo: “Hubo un día en que morí, morí por completo, morí para George Müller, sus opiniones, preferencias, gustos y voluntad, morí para el mundo, su aprobación o censura, morí para la aprobación o la culpa incluso de mis hermanos. y amigos, y desde entonces he estudiado para mostrarme aprobado ante Dios”. Cada uno de nosotros debe tomar esta decisión.

Así como una semilla debe plantarse en la tierra y morir sin ser vista por los demás para que dé fruto, así también debemos morir a nosotros mismos, rindiendo nuestras vidas a Cristo. Si estamos dispuestos a morir al yo, entonces Dios obrara Su cosecha en nuestras vidas.

Principio Familiar, Unidos Venceremos: Si nos aferramos a nuestra vida y a nuestros deseos, nunca lograremos lo que Dios nos ha llamado a hacer.

Desafío familiar: Escribe y memoriza Juan 15:5

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